Contenidos de esta página (puedes hacer clic para ir a cada apartado)
- ¿Qué es el frenillo lingual?
- ¿Qué tipo de problemas ocasiona un frenillo lingual corto?
- ¿Qué técnicas quirúrgicas hay y en qué consisten?
- ¿Cómo se realiza la valoración del frenillo lingual?
- ¿Qué tipos de frenillos hay?
- El frenillo lingual posterior (el frenillo oculto)
- ¿Cómo es la cirugía del frenillo de la lengua?
- ¿Cómo ayuda la Terapia Miofuncional al éxito de la cirugía del frenillo lingual?
- El enfoque multidisciplinar
¿Qué es el frenillo lingual?
El frenillo de la lengua es esa «cuerdecita» que podemos vernos bajo la lengua. Dependiendo del tipo de frenillo y de su composición se afectará más o menos a la movilidad de la lengua.
Todos tenemos un frenillo lingual. Los problemas surgen cuando éste presenta mucha tensión y limita los movimientos libres de la lengua. Esto puede ser la causa (o un factor causal importante) de diversos problemas de salud como, por ejemplo, el paladar ojival, la deglución atípica, el apiñamiento dental, respiración oral, amigdalitis de repetición, alergias…
Aunque el tratamiento del frenillo lingual corto es quirúrgico, lo ideal es que esté guiado por la función. Los especialistas médicos suelen realizar la cirugía del frenillo son el cirujano maxilofacial, el otorrinolaringólogo y el cirujano pediátrico, pero también algunos odontólogos la realizan.
Suelo recibir pacientes (bebés, niños y adultos) de todos estos especialistas para hacer un diagnóstico completo de las funciones orofaciales y organizar su tratamiento. Colaboro con todos ellos en el diagnóstico y la planificación miofuncional previa y posterior a la cirugía.
Por otro lado, también nos llegan pacientes con otros problemas, como la respiración oral o la deglución atípica y es durante la valoración miofuncional inicial cuando observamos la presencia de un frenillo lingual limitante y que probablemente ha sido la causa inicial del problema. Los pacientes adultos en ocasiones se sorprenden cuando les digo que hay que operar su frenillo, y es algo comprensible porque toda su vida ha estado ahí y nadie les ha dicho nada. También muchos padres son reacios a tratar a su hijo porque otros profesionales sanitarios no se lo han mencionado o incluso les han evaluado y les han dicho que no ocasiona problemas.
A pesar de estar ganando visibilidad social, todavía le queda mucho camino por recorrer a nuestra disciplina y a la evaluación miofuncional multidisciplinar del esta “cuerdecita”
¿Qué tipo de problemas ocasiona un frenillo lingual corto?
El frenillo lingual es algo congénito, es decir, que ya se tiene en el momento del nacimiento. Dependiendo de la edad del paciente este habrá tenido más o menos posibilidades de desarrollar problemas y compensaciones.
De una manera resumida, los problemas que podemos identificar asociados a un frenillo lingual que afecte a la función y desarrollo de la lengua serían:
En bebés
Las alteraciones del frenillo lingual se asocian a problemas con la lactancia, problemas tanto en el lactante como en la madre: tomas cortas y poco eficaces, gases, grietas y dolor en los pezones…
En niños
Aunque tradicionalmente se ha dicho que el frenillo lingual se trata únicamente si causa problemas en la pronunciación de algunos sonidos, esta es una visión anticuada y limitada. Hoy en día sabemos que el frenillo lingual provoca alteraciones en la movilidad de la lengua y de su posición de reposo, y que todo esto altera el crecimiento de los huesos de la cara y la correcta posición de los dientes.
Un frenillo lingual hipertrófico se asocia a una postura de boca abierta y un patrón de respiración oral. A su vez, estas alteraciones se relacionan fuertemente con el síndrome del respirador oral, el ronquido y los trastornos del sueño, dolor orofacial con tensión en la mandíbula, apretamiento dental y dolor facial, además de las dificultades en el habla y en la pronunciación de determinados sonidos.
En adultos
Las compensaciones musculares causadas por el frenillo lingual causan dolor y tensión en todo el complejo orofacial, el cráneo y el cuello. Las consecuencias pueden ser el apretamiento de los dientes (diurno o el bruxismo nocturno), los problemas en la ATM, las alteraciones posturales y alteraciones respiratorias diurnas o nocturnas (ronquido – apnea del sueño)
La posición de la lengua en reposo es un factor determinante y con consecuencias en la salud. En posición de reposo, relajada, la lengua debe encontrarse correctamente pegada al paladar, de delante atrás. Cuando la lengua está estable y cómoda en esta posición, ésta supone una estructura de soporte para el maxilar superior, los dientes crecen rectos y el rostro se desarrolla de forma correcta y armónica.
Al contrario, cuando existe un frenillo lingual alterado y la lengua se encuentra “anclada” (aunque sea parcialmente) no es posible el correcto acoplamiento al paladar de forma cómoda y sin tensiones y compensaciones, por lo que se producen tensiones adaptativas en la zona del cuello, hombros y espalda y se desarrolla una respiración de tipo oral y muchas veces con la posición adelantada de la cabeza.
Diversos estudios relacionan los problemas de frenillo lingual con el riesgo de desarrollo de apnea del sueño y problemas respiratorios de la vía aérea superior y desarrollo craneofacial. Las personas que presentan alteraciones importantes en el frenillo suelen respirar por la boca, lo que desarrolla un conjunto de problemas y síntomas miofuncionales como dolor de cabeza, apnea del sueño, bruxismo, problemas dentales y suelen necesitar ortodoncia.
¿Qué técnicas quirúrgicas hay y en qué consisten?
Aunque yo no realizo la intervención sí que veo sus resultados y me gusta colaborar con los cirujanos para describirles qué necesitan mis pacientes.
Cada vez oímos más los términos frenectomía, frenulotomia o frontoplastia. El frenillo lingual va ganando en visibilidad social, lo que refleja que los profesionales nos vamos concienciando acerca de las implicaciones y cómo los padres cada vez reciben más información (aunque a veces no muy correcta y un poco desordenada).
Aunque hay cierta confusión en la terminología podríamos resumir las diferencias de la siguiente manera:
La frenotomía o frenulotomía sería una incisión transversal del frenillo, liberándose la lengua parcialmente del suelo de la boca. No sé dan puntos y el resultado final depende mucho de los estiramientos precoces y repetidos. Por su sencillez suele ser la técnica más habitual y la que se realiza en bebés, pero como inconveniente principal tenemos que suele haber fibrosis, dejamos fibras del frenillo (sólo es un corte transversal) y no es nada raro que haya que repetir la intervención.
La frenectomía consistiría en la resección del frenillo lingual. Por lo general necesita de suturas, ya que en caso contrario la cicatrización producirá fibrosis y tras la intervención podría terminar igual o peor. Sin embargo muchas veces hablamos de frenectomía de manera genérica para referirnos a cualquier cirugía del frenillo, es el término más popular y en muchas ocasiones a mí misma se me escapa aunque quiera referirme a otra técnica.
Hablamos de frenuloplastia funcional cuando incorporamos de manera preeminente los conceptos miofuncionales para la planificación y durante la realización de la cirugía, así como cuando incorporamos toda la terapia miofuncional previa y posterior. Hablamos, pues, de una cirugía guiada por la función y las repercusiones de la anatomía.
La frenuloplastia funcional es un procedimiento sencillo que libera completamente el frenillo y que proporciona la anatomía adecuada para que la lengua llegue un rango normal de movimientos y que así adquiera una posición correcta tanto en reposo como durante la deglución, y así masticar correctamente, sin tensiones al hablar, sin compensaciones (utilización de otros músculos).
¿Cómo se realiza la valoración del frenillo lingual?
Todos nosotros tenemos frenillo lingual (salvo que nos lo hayan quitado, claro está). Tener un frenillo no es un problema, el problema surge cuando por su forma anatómica o por su «dureza» se altera la correcta función de la lengua o se producen compensaciones en otros músculos o tensiones en fascias para suplir las carencias en la movilidad lingual.
Por lo tanto, además de ver la anatomía del frenillo y del resto de la boca y cara, debemos hacer una completa valoración miofuncional. Esto es algo que realizo en la primera consulta y que suele llevarnos unos 45-60 minutos.
¿Qué tipos de frenillos hay?
Hay distintas formas de describir los frenillos y clasificarlos. Por el momento no me quiero detener mucho en las mismas. A medida que vaya actualizando esta página introduciré más información, siempre que esta no cause confusión. Aunque las clasificaciones anatómicas pueden ser útiles, nos parece más importante valorar la función y las compensaciones.
La lengua bífida o en corazón es la forma más conocida entre todos los frenillos linguales, por lo que se conocen más los efectos negativos de la presencia de la lengua “corazón”.
Este tipo de frenillo es evidente y se identifica con facilidad: podemos observar la parte inferior de la lengua fuertemente conectada al suelo de la boca y una amplitud de movimiento muy condicionada.
Los frenillos posteriores o profundos son diferentes y no se ven a simple vista, por lo que suelen pasar desapercibidos en los exámenes rutinarios realizados por pediatras y odontólogos (que ven más lenguas de bebés y niños)
El tipo de restricción que produce un frenillo anterior y posterior es bastante diferente, pero en muchas ocasiones coexisten.
El frenillo lingual posterior (el frenillo oculto)
Le dedicamos un apartado por su relevancia. Hablamos de frenillo lingual posterior cuando no se observa un frenillo lingual delante pero sí evidenciamos las alteraciones funcionales que «delatan» la presencia de fibras profundas.
Hay que saber mirar bien y explorar bien (requiere un aprendizaje) ya que también la movilidad lingual es aparentemente normal, pero cuando observamos críticamente (y palpamos la zona) podemos apreciar todas las compensaciones en el resto de los tejidos, sobre todo alteraciones en el suelo de la boca y una falta de completo acoplamiento lingual en reposo.
Dado su difícil diagnóstico me encuentro este subtipo de frenillo sobre todo en:
Adultos que consultan por dolor orofacial y que también presentan tensiones musculares en cuello, espalda, piernas…
Bebés/mamás con problemas de lactancia y a los que ya les han dicho que su bebé no tiene problema alguno con el frenillo.
¿Cómo es la cirugía del frenillo de la lengua?
Esta es una respuesta que hay que individualizar mucho y que no deberíamos generalizar, ya que depende de muchos factores, como las características del frenillo, la edad del paciente, la experiencia del cirujano, las posibilidades de colaboración para la preparación de la cirugía y la terapia miofuncional posterior a la cirugía…
Además podemos encontrarnos una cierta confusión terminológica.
En la mayoría de los casos el procedimiento se realiza con anestesia local, aunque en algunos casos la sedación o la anestesia general puede ser recomendable. Si el paciente se va a realizar otros procedimientos quirúrgicos con anestesia general (por ejemplo, vegetaciones, amígdalas, cornetes…) es lógico y normal aprovechar el momento para realizar el tratamiento quirúrgico del frenillo lingual. No recomendamos, sin embargo, simultanear la cirugía del frenillo con procedimientos de cirugía ortognática o extracción de muelas del juicio complicadas, ya que la recuperación puede ser más dura y dificultar la realización de los ejercicios miofuncionales.
La cirugía del fenillo lingual es de bajo riesgo y puede ser realizado con bisturí, tijera o láser, según las preferencias del cirujano (y del paciente). Normalmente es recomendable suturar para ayudar a la cicatrización correcta de la herida.
El proceso de cicatrización debe ir acompañado de la correcta realización de ejercicios miofuncionales, ya que ayudan a prevenir la retracción de la cicatriz. El dolor suele ser leve y responde a analgésicos y antiinflamatorios habituales.
Cirugía guiada por la función
La frenuloplastia lingual funcional presenta resultados muy satisfactorios ya que se realiza mediante un protocolo multidisciplinar que integra la Terapia Miofuncional. En pacientes adultos (y a veces en algunos niños) también recomendamos una evaluación osteopática y terapia craneosacral por un fisioterapeuta cualificado, antes, durante y después de la cirugía. La técnica se basa en la liberación adecuada de los tejidos del frenillo lingual para una correcta función no solo de la lengua sino también de las fascias corporales.
Personalmente me gusta mucho la técnica de frenuloplastia que realiza el Dr. Soroush Zaghi, de The Breathe Institute (California, Estados Unidos), ya que el uso de tijeras permite que el cirujano tenga más control durante la intervención, y dar unos puntos de sutura (que se caen solos) permite un cierre primario (una mejor cicatrización). Por el contrario, no dar puntos de sutura implica una cicatrización desde el fondo y desde los bordes del corte (lo que denominamos «cicatrización por segunda intención») y esta suele producir una cicatriz más fibrosa y tirante.
También me remiten pacientes otros profesionales de mi confianza que realizan el procedimiento con otra metodología (uso de láser o electrobisturí, sin suturas ). En estos casos adapto la planificación y los ejercicios de terapia miofuncional para darle un mayor papel a los estiramientos iniciales y así poder compensar esa cicatriz por segunda intención.
Sea de un modo u otro, la experiencia y el trabajo en equipo son los factores esenciales de cara a obtener buenos resultados.
En todos los pacientes deberíamos integrar la cirugía del frenillo con la Terapia Miofuncional, al menos si nuestra intención es ir a por todas y lograr el mejor resultado posible y disminuir los riesgos (incluido el riesgo de que haya que reoperar por una cicatriz anómala).
Sólo con cirugía, sin terapia miofuncional, lo más probable es que los resultados no sean los óptimos. Y, solo con terapia miofuncional, sin cirugía, el frenillo no desaparecerá porque es una alteración anatómica.
¿Cómo ayuda la terapia miofuncional al procedimiento de la frenuloplastia lingual?
En el diagnóstico
Existen muchas compensaciones asociadas a la forma y características de la lengua y de los maxilares. Es importante la experiencia del profesional para poder identificarlas. Evaluar un frenillo lingual no es algo tan sencillo como a priori puede parecer.
En la preparación
Los ejercicios pre y post frenuloplastia necesitan ser individualizados para cada paciente, tanto al principio del tratamiento como según la evolución de la terapia, ya que cada paciente presenta su propio grado de compensaciones, disfunción y limitaciones.
En la recuperación
Hasta la cirugía la lengua la lengua habrá estado siempre condicionada, es por lo tanto necesario reajustar toda la función después de realizar el procedimiento.
Los ejercicios miofuncionales tras la intervención quirúrgica son esenciales para el proceso de rehabilitación y cicatrización adecuada de los tejidos y no sólo disminuir la probabilidad de fibrosis y sino para reeducar la función y corregir las compensaciones. Es la única manera de sacarle el máximo beneficio a la intervención.
Los ejercicios permitirán que la lengua y labios (que en muchas ocasiones se operan simultáneamente) adquieran su función plena. La realización de la cirugía, por sí sola, no permite que los músculos empiecen a funcionar correctamente de forma espontánea. Es necesario reeducar la musculatura después y crear un nuevo patrón neuromuscular.
Después de esta fase de reequilibrio los resultados son generalmente estables y muy satisfactorios por parte del paciente, con estabilidad en el tiempo.
Muchas veces acuden a consultarme pacientes que se han realizado la operación y que tras la misma le recomiendan que acudan a un logopeda. Cuando estos pacientes acuden en esta fase suelen encontrarse un por detrás del progreso que deberían tener y la recuperación y los resultados a largo plazo se encuentran afectados, ya que no hemos podido realizar la preparación previa.
Hay que tener presente que la cicatrización intraoral suele ser muy rápida y el cuerpo presenta y mantiene durante ese período los patrones neuromotores aprendidos a los largo de años. La terapia Miofuncional previa y posterior a la cirugía se asemeja a la fisioterapia previa y posterior a una cirugía.
El enfoque multidisciplinar
El abordaje ideal del tratamiento del frenillo lingual requiere de un equipo multidisciplinar que trabaje en conjunto y coordine los ejercicios de terapia miofuncional con el procedimiento (sea el que sea) antes y después del mismo. El vínculo entre los profesionales junto con la implicación del paciente forman una parte importante del éxito de la intervención.
Aunque la mayoría de las veces es el logopeda especialista en terapia Miofuncional el que detecta e indica al paciente la necesidad de este procedimiento, muchos médicos y odontólogos van siendo cada vez más conscientes de estos problemas y nos derivan pacientes para valorar los frenillos linguales y labiales y, si procediese, realizar su tratamiento con Terapia Miofuncional.
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